12.8.12

No nos queda vino ni esperanzas

Efímero te vi, entre las sábanas de un amor sucio, de uno de esos que podía darme todo hasta el suspiro, pero no eras vos. Ni la cuarta parte de tus ojos.
Pobre, pensé. ¿Qué haría si tuviera la posibilidad de arrancarme la moral de ésta carne y llevarnos a los cielos infinitos para acariciar ese corazón que tan ajeno es a mí (ahora)?
No digas nada. ¿De qué me serviría un vaso lleno de tus lamentos? ¿Del que "hubiera pasado"?
Está jodido esto de no extrañarte. Las angustias viejas de un llanto quebrado buscan mi talón de aquiles.
Olvidate, lo más probable es que me siga tragando ésta melancolía desgraciada hasta que con la sequía de mis malos poemas te desvanezcas, te vayas por donde nunca me hubiera gustado verte llegar.

1 comentario:

cualquier color que te guste. dijo...

pooobre, tan poeta ella.

me da gusto leerte banana.