Las peleas

Nunca suelen traer buenos recuerdos cuando nombramos la palabra ''pelea'' (hasta este miércoles para mi). Las evitamos, las detestamos y hasta les escupimos en la cara para que no se acerquen. Nadie las llama, ni las busca, ni las pide de deseo en su cumpleaños, aunque ellas están. Ahí totalmente atentas a nuestro primer desliz, a esa lágrima que se esconde en escombros.
Es más, ahora mientras escribo y ustedes leen debe estar sucediendo una, sisi ahora; pero el otro día entendí el porqué de su existencia. Insconscientemente las queremos a la hora de encontrar pánico,miedo y angustia en situaciones diarias o no.
Más de una vez nos fuimos de mambo con las palabras, lastimamos al que nos enfrenta y de vez en cuando no entendemos porque dijimos lo que dijimos, si no era cierto.
Y ahora pensemos en el después de todo ese excremento, por lo menos mi persona, era eso lo que necesitaba. El maravilloso y fortalecedor momento, ese del que dudé su existencia y provocó el terremoto en mi alma. Él tampoco se había ido, estaba ahí, como las peleas.OJO. Pero él mucho más fuerte que ellas.