Con la pancita empachadisima de torta puedo decir que las relaciones hermanescas van mejorando. Puede que nos llevemos muy mal o muy bien cuando somos pequeños aunque a buena fortuna todo ésto suele cambiar positivamente, al igual que el trato con los padres. Quiza sea el madurar que abre mentes para entender que hay más allá de lo que vemos a diario, como un ciego que conocí una vez contandome de lo bien que valoraba la vida con el simple hecho de sentir ese aroma por la mañana a tostadas y de vientos del sur.

Feliz cumple má, te amo.